11 de julio de 2011

Las seis claves de la concentración productiva

Es bien sabido por todos que para rendir de manera óptima en una materia es necesario siempre mantener cierto nivel de concentración, lo que significa enfocar nuestras energías en lo que nos interesa, evitando caer en distracciones. De la misma forma, seguramente muchos han experimentado en alguna ocasión periodos de concentración máxima: estado de atención extrema, un aislamiento completo de lo accesorio a nuestros intereses, manteniendo ocupadas nuestras energías en sólo lo importante - entrar en "la zona".


Me llamó la atención esta pequeña guía que aparece en la revista Selecciones, firmada por Edwin Kiester y Sally Valente Kiester, en donde hablan sobre 6 puntos que nos pueden ayudar a alcanzar esta condición ideal de atención:

`[...] había entrado en su "zona", término que usan algunos deportistas para referirse al grado de extrema concentración en que se vuelven inmunes a las distracciones. Absorta en su tarea, Alma había hecho caso omiso del repiqueteo de los teléfonos, del hambre y hasta del paso del tiempo. Y no solamente había producido un trabajo de gran calidad, sino que lo había hecho en menos tiempo del que le habrían dedicado muchos profesionales igualmente competentes.'

Dado que uno de los objetivos de la creación de este blog es reportar sobre mi estudio de los distintos aspectos de la mecánica de este juego así como de los tiempos y metas alcanzadas como resultado de los mismos, encuentro que es de suma importancia dedicarle una entrada a revisar estos 6 puntos para poder optimizar el tiempo dedicado al aprendizaje.

'La capacidad de enfocar por completo la atención en una tarea puede llevar al éxito en cualquier campo de actividad; en cambio, la falta de concentración lleva al fracaso a quien parecer tener el triunfo asegurado.'

  •  Practique mucho.
El primer consejo es quizás el más obvio; mientras más se realiza una actividad, menores son las inseguridades frente a circunstancias problemáticas. Esto sucede igual que en situaciones de exigencia física; si hemos practicado con regularidad un salto que nos permitiría alcanzar mayor altura, los músculos asociados a esta maniobra se fortalecen y acostumbran a la práctica, por lo que al vernos enfrentados a un obstáculo que requiera de esta habilidad, contamos con la confianza de tener músculos preparados. Esto es lo que afirma el profesor de psicología Michael Posner, quien trabaja en la Universidad de Oregon, quien observó que la afluencia de sangre al cerebro y la actividad eléctrica de este aumentaban cuando los pacientes realizaban una tarea por primera vez, pero que, a medida que adquirían destreza, dichas funciones disminuían. Posner considera que cuanto más practicamos la concentración, menos actividad necesita realizar el cerebro. Y la habilidad mental que se perfecciona en un campo puede trasferirse a otros.

'"La clave", afirma Louis Csoka, que enseñaba técnicas de concentración a futuros comandantes en la academia militar West Point, "es aprender a filtrar 'el ruido' y las interferencias, sean estas internas o externas. Por ejemplo, si es usted amante del jazz, practique poniendo música y escuchando sólamente los sonidos que emite el saxofón; bloquee todos los demás sonidos o voces. Si es aficionado al fútbol, siga atentamente los movimientos que haga el defensa central derecho.'

  • Vuélvase sistemático.
Al crearnos una rutina, estamos evitando caer en distracciones que nos llamen la atención, y nos permite enfocarnos en lo que debemos realizar.

'Se puede crear un ritual para casi cualquier tarea. Si usted detesta confrontar su estado de cuenta bancario con su chequera, establezca una secuencia: despeje su escritorio, coloque los lápices a su izquierda y la calculadora a su derecha; abra el sobre que contiene su estado de cuenta. Este pequeño ritual hará menos desagradable la tarea'.

  • Invéntese retos. 
Muchas de las actividades que realizamos varias veces en un periodo de tiempo se vuelven monótonas o tediosas, por lo que nuestro cerebro opera casi en vacío. En consecuencia, conmetemos errores por descuido o nos detenemos en tareas fatigosas porque no podemos enfocar nuestra atención.
Esta es la herramienta que más utilizo para concentrarme en algo. Por ejemplo, en Tetris intento realizar sólo T-spins o Tetrises, mientras que en juegos de pelea intento ganar anticipando ataques y utilizando sólo normales.

'Convierta usted las actividades tediosas en juegos que ofrezcan un reto, que lo obliguen a utilizar todo su potencial. Invente sus reglas, fíjese metas, haga las cosas contra reloj; ese grado más alto de dificultad lo irá metiendo paulatinamente en su "zona"'.


  • Hable consigo mismo. 
Generalmente me encuentro haciendo esto cuando juego Tetris; en medio de una partida, pienso en lo que estoy haciendo bien o mal, comparo mi stacking con el de los grandes jugadores según lo que recuerde de replays, etc.

'Cuando instale un sistema de riego por goteo en su jardín, dígase: "La conexión a la espita de la manguera va aquí, y a unos dos metros, el primer eyector..." Pensar en voz alta nos permite concentrarnos en la tarea y reforzar los pasos que vamos dando, además de que nos ayuda a recordar lo que aún falta por hacer."


  • Olvídese de mañana. 
Otro punto que también he aprendido y por las malas. En más de una ocasión, el pensar en ganar una pelea de Ultimate Mortal Kombat 3, pierdo la concentración del momento. Generalmente me sucede cuando llevo cierta ventaja frente al otro jugador. 

'"La inquietud por los resultados nos resta eficiencia", asegura la psicóloga Ellen Langer, de la Universidad Harvard. Cuando dejamos que nuestros pensamientos se desplacen al futuro, nos salimos de nuestra "zona" y perdemos la concentración. Concentrarse en lo que va a ocurrir, y no en lo que está curriendo, puede dar al traste con cualquier actividad. El psicólogo John Anderson, presidente del Centro de Psicología del Deporte, de EEUU, dice que "un buen tenista piensa en lanzar el mejor tiro, no en ganar el partido. Con un buen tiro seguido de otro buen tiro ganará el encuentro". Para no salirse de su "zona", mantenga la atención puesta en el aquí y el ahora.'


  • Dése un respiro. 
Si no se están obteniendo los resultados esperados, es fácil frustrarse e incluso enojarse por nuestro desempeño. En estos casos, si persistimos en continuar la misma actividad, el rendimiento no mejorará e incluso los errores serán más frecuentes.

'Un breve descanso ayuda a rendir más en menos tiempo. Cuando el estrés ponga en peligro su concentración, respire profundamente y visualícese en un sitio apacible. O inclínese hacia adelante y deje colgar los brazos. La música también ayuda; compre cintas de relajación o grabe aquellos sonidos que le den serenidad. Ya sin tensión, reanude su trabajo, pero cuando lo termine, no emprenda de inmediato una tarea nueva. Dése un respiro, y renúevese.'

 

 



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